Hermanos, no seáis niños en el entendimiento; más bien, sed bebés en la malicia, pero hombres maduros en el entendimiento.
Hermanos, no sean niños en su modo de pensar. Sean niños en cuanto a la malicia, pero adultos en su modo de pensar.
Hermanos en Cristo, sean inocentes como niños, pero no piensen como niños. Piensen como personas maduras.
Hermanos, no seáis niños en juicio. Sed niños en malicia, pero hombres maduros en juicio.
Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar.
Hermanos, no seáis niños en el sentir; sino sed niños en la malicia, pero hombres en el sentir.