Si alguien que está sentado recibe una revelación, el que esté hablando ceda la palabra.
Pero si alguno de los que están sentados recibe un mensaje de Dios, el que está hablando debe callarse y dejar que la otra persona diga lo que tenga que decir.
Si algún otro que está sentado tiene una revelación, cállese el primero.
Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero.
Y si algo fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero.