Porque el reino de Dios no es cuestión de palabras sino de poder.
Cuando alguien pertenece al reino de Dios, lo demuestra por lo que hace y no sólo por lo que dice.
que no está en la palabrería el Reino de Dios, sino en el poder.
Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.
Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.