Hermanos, cada uno permanezca ante Dios en la condición en que estaba cuando Dios lo llamó.
Ante Dios, cada uno debe quedarse como estaba cuando creyó en Cristo.
Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios.
Cada uno, hermanos, en lo que es llamado, en ello permanezca con Dios.