Pero el que está firme en su corazón, no teniendo necesidad, sino que tiene dominio sobre su propia voluntad y así ha determinado en su corazón conservársela virgen, hará bien.
Pero el que se mantiene firme en su propósito, y no está dominado por sus impulsos sino que domina su propia voluntad, y ha resuelto no casarse con su prometida, también hace bien.
Pero si alguno no se siente obligado a casarse y puede controlar sus deseos, hará bien en no casarse.
Pero el que está firme en su corazón, sin tener necesidad, sino que es dueño de su propia voluntad, y ha resuelto en su corazón guardar a su hija virgen, bien hace.
Pero el que está firme en su corazón, y no tiene necesidad, sino que tiene potestad sobre su voluntad, y determinó en su corazón el guardar su hija virgen, bien hace.