El que ama a su hermano permanece en la luz, y no hay nada en su vida* que lo haga tropezar.
El que ama a los demás, vive bajo la brillante luz de Dios y no causa ningún problema a los de su iglesia.
Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.
El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.
El que ama a su hermano, está en luz, y no hay tropiezo en él.