Queridos hermanos, si el corazón no nos condena, tenemos confianza delante de Dios,
Amados míos, si estamos bien con Dios, podemos presentarnos ante él con toda confianza.
Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios,
Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos para con Dios;