Todo aquel que permanece en él no continúa pecando. Todo aquel que sigue pecando no le ha visto ni le ha conocido.
Todo el que permanece en él, no practica el pecado.* Todo el que practica el pecado, no lo ha visto ni lo ha conocido.
Por eso, cualquiera que sea amigo de Jesucristo, y quiera mantenerse unido a él, no puede seguir pecando. El que peca, no conoce a Jesucristo ni lo entiende.
Todo el que permanece en él, no peca. Todo el que peca, no le ha visto ni conocido.
Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
Cualquiera que permanece en él, no peca; cualquiera que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.