Por eso, los que sufren según la voluntad de Dios, que encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien.
Así pues, los que sufren según la voluntad de Dios, entréguense a su fiel Creador y sigan practicando el bien.
Por eso, los que sufren porque Dios así lo quiere, deben seguir haciendo el bien y dejar que Dios los cuide, pues él es su creador y cumple lo que promete.
De modo que, aun los que sufren según la voluntad de Dios, confíen sus almas al Creador fiel, haciendo el bien.
De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.
Por tanto, los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden a él sus almas, como a fiel Creador, haciendo el bien.