Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo.
Por eso, sean humildes y acepten la autoridad de Dios, pues él es poderoso. Cuando llegue el momento oportuno, Dios los tratará como a gente importante.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios para que, llegada la ocasión, os ensalce;
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;