Entonces Jehovah levantó un adversario a Salomón: Hadad el edomita, de la descendencia real en Edom.
Por lo tanto, el Señor hizo que Hadad el edomita, que pertenecía a la familia real de Edom, surgiera como adversario de Salomón.
Hadad, que era descendiente de los reyes de Edom, luchó en contra de Salomón, pues así lo permitió Dios. Resulta que años atrás, cuando David había vencido a Edom, Joab, que era el general del ejército, fue a enterrar a los que habían muerto en la batalla. Joab se quedó allí durante seis meses, hasta que logró matar a todos los hombres de Edom.
Suscitó Yahveh un adversario a Salomón en Hadad, edomita, de la estirpe real de Edom.
Y Jehová suscitó un adversario a Salomón: Hadad edomita, de sangre real, el cual estaba en Edom.
Y Jehová levantó un adversario a Salomón, a Adad, Idumeo, de la sangre real, el cual estaba en Edom.