Puso su cuerpo en su propio sepulcro, e hicieron duelo por él diciendo: —¡Ay, hermano mío!
Luego lo puso en la tumba de su propiedad, e hicieron duelo por él, clamando: '¡Ay, hermano mío!'
Lo sepultó en su propia tumba, y allí lloró por él, gritando: «¡Mi hermano!»
Depositó el cadáver en su propio sepulcro, e hicieron la lamentación sobre él: «¡Ay, hermano mío!»
Y puso el cuerpo en su sepulcro; y le endecharon, diciendo: ¡Ay, hermano mío!
Y puso su cuerpo en su propio sepulcro; y le endecharon, diciendo: ¡Ay, hermano mío!