A la séptima vez dijo: —He aquí, veo una pequeña nube, como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Entonces él dijo: —Vé y di a Acab: 'Unce tu carro y desciende, no sea que te detenga la lluvia.'
y la séptima vez el criado le informó: Desde el mar viene subiendo una nube. Es tan pequeña como una mano. Entonces Elías le ordenó: Ve y dile a Acab: Engancha el carro y vete antes de que la lluvia te detenga.
Después de ir siete veces, el ayudante le dijo a Elías: —¡Se ve una pequeña nube del tamaño de una mano! Está subiendo del mar. Entonces Elías le dijo: —Ve a decirle a Ahab que prepare su carro y se vaya antes de que empiece a llover y no pueda salir.
A la séptima vez dijo: «Hay una nube como la palma de un hombre, que sube del mar.» Entonces dijo: «Sube a decir a Ajab: Unce el carro y baja, no te detenga la lluvia.»
A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.
Y a la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.