Pero sucedió que mientras tu siervo estaba ocupado en una y otra cosa, él desapareció. Entonces el rey de Israel le dijo: —¡Esa será tu sentencia! ¡Tú mismo la has pronunciado!
Mientras este servidor de Su Majestad estaba ocupado en otras cosas, el hombre se escapó. ¡Ésa es tu sentencia! respondió el rey de Israel. Tú mismo has tomado la decisión.
Pero como yo estaba muy ocupado en otras cosas, el prisionero se escapó. Entonces el rey le contestó: —Tú mismo has dicho cuál es el castigo que mereces. Lo recibirás.
Pero tu siervo estaba ocupado aquí y allá y éste desapareció.» El rey de Israel le dijo: «Esa es tu sentencia. Tú mismo lo has sentenciado.»
Y mientras tu siervo estaba ocupado en una y en otra cosa, el hombre desapareció. Entonces el rey de Israel le dijo: Esa será tu sentencia; tú la has pronunciado.
Y como tu siervo estaba ocupado a una parte y a otra, él desapareció. Entonces el rey de Israel le dijo: Esa será tu sentencia; tú la has pronunciado.