Acab se fue a su casa decaído y enfadado por las palabras que le había respondido Nabot de Jezreel, quien le había dicho: 'No te daré la heredad de mis padres.' Se acostó en su cama, volvió su cara y no tomó alimentos.
Acab se fue a su casa deprimido y malhumorado porque Nabot el jezrelita le había dicho: 'No puedo cederle a Su Majestad lo que heredé de mis antepasados.' De modo que se acostó de cara a la pared, y no quiso comer.
Entonces Ahab se fue a su palacio enojado y triste. Después se acostó en su cama mirando hacia la pared y no quiso comer.
Se fue Ajab a su casa triste e irritado por la palabra que le dijo Nabot de Yizreel: «No te daré la heredad de mis padres»; se acostó en su lecho, volvió su rostro y no quiso comer.
Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió.
Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió pan.