cualquiera que sea la oración o la plegaria que haga algún hombre o todo tu pueblo Israel (cada uno reconociendo la plaga de su corazón y extendiendo sus manos hacia este templo),
si luego cada israelita, consciente de su propia culpa,[1] extiende sus manos hacia este templo, y ora y te suplica,
si un hombre cualquiera, experimentando remordimiento en su corazón, eleva cualquier plegaria o cualquier súplica y extiende las manos hacia esta Casa,
toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa,
toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga de su corazón, y extendiere sus manos hacia esta casa;