Así hacía cada año, cuando subía a la casa de Jehovah; ella la irritaba, por lo cual Ana lloraba y no comía.
Cada año, cuando iban a la casa del Señor, sucedía lo mismo: Penina la atormentaba, hasta que Ana se ponía a llorar y ni comer quería.
Así sucedía año tras año; cuando subían al templo de Yahveh la mortificaba. Ana lloraba de continuo y no quería comer.
Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía.
Y así hacía cada año: cuando subía a la casa de Jehová, enojaba así a la otra; por lo cual ella lloraba, y no comía.