El sacerdote respondió: —La espada de Goliat el filisteo, a quien tú venciste en el valle de Ela, está aquí envuelta en un lienzo, detrás del efod. Si quieres tomarla, tómala, porque aquí no hay otra sino ésa. Y David dijo: —¡Ninguna hay como ésa! ¡Dámela!
El sacerdote respondió: Aquí tengo la espada del filisteo Goliat, a quien mataste en el valle de Elá. Está detrás del *efod, envuelta en un paño. Puedes llevártela, si quieres. Otras armas no tengo. Dámela dijo David. ¡Es la mejor que podrías ofrecerme!
Dijo David a Ajimélek: «¿No tienes aquí a mano una lanza o una espada? Porque ni siquiera he cogido mi espada y mis armas, pues urgía la orden del rey.»
Y el sacerdote respondió: La espada de Goliat el filisteo, al que tú venciste en el valle de Ela, está aquí envuelta en un velo detrás del efod; si quieres tomarla, tómala; porque aquí no hay otra sino esa. Y dijo David: Ninguna como ella; dámela.
Y el sacerdote respondió: La espada de Goliat el filisteo, que tú venciste en el valle de Ela, está aquí envuelta en un velo detrás del efod; si tú quieres tomarla, tómala: porque aquí no hay otra sino esa. Y dijo David: ¡Ninguna como ella! ¡Dámela!