¿Acaso fue aquel día la primera vez que consulté por él a Dios? ¡De ninguna manera! No culpe el rey de cosa alguna a su siervo ni a toda mi casa paterna, pues tu siervo no ha sabido ninguna cosa de este asunto, ni grande ni pequeña.
¿Es acaso ésta la primera vez que consulto a Dios por él? ¡Claro que no! No debiera el rey acusarnos ni a mí ni a mi familia, pues de este asunto su servidor no sabe absolutamente nada.
¡Esta no es la primera vez que yo consulto a Dios en cuanto a lo que David debe hacer! Además, yo no sabía nada de los problemas que él tiene con usted. Ni yo ni mi familia hemos traicionado a Su Majestad.
¿Es que he comenzado hoy a consultar a Dios por él? ¡Líbreme Dios! No achaque el rey a su siervo y a toda la casa de mi padre una cosa tal porque nada sabe tu siervo de esto, ni poco ni mucho.»
¿He comenzado yo desde hoy a consultar por él a Dios? Lejos sea de mí; no culpe el rey de cosa alguna a su siervo, ni a toda la casa de mi padre; porque tu siervo ninguna cosa sabe de este asunto, grande ni pequeña.
¿He comenzado yo desde hoy a consultar por él a Dios? lejos sea de mí; no impute el rey cosa alguna a su siervo, ni a toda la casa de mi padre; porque tu siervo ninguna cosa sabe de este asunto, grande ni chica.