¡Te llegó la hora, Ajimélec! replicó el rey. ¡Y no sólo a ti sino a toda tu familia!
Pero el rey le dijo: —¡Eso no me importa! ¡Tú y toda tu familia van a morir!
Respondió el rey: «Vas a morir, Ajimélek, tú y toda la casa de tu padre.»
Y el rey dijo: Sin duda morirás, Ahimelec, tú y toda la casa de tu padre.
Y el rey dijo: Sin duda morirás, Ahimelec, tú y toda la casa de tu padre.