David recibió de su mano lo que ella le había traído y le dijo: —Vuelve a tu casa en paz. Mira que he escuchado tu voz y que te he tratado con respeto.
Dicho esto, David aceptó lo que ella le había traído. Vuelve tranquila a tu casa añadió. Como puedes ver, te he hecho caso: te concedo lo que me has pedido.[8]
David aceptó la comida que Abigail le había traído, y le dijo: —Puedes irte tranquila, que yo haré lo que me has pedido.
Tomó David de mano de ella lo que le traía y le dijo: «Sube en paz a tu casa; mira, he escuchado tu voz y he accedido a tu petición.»
Y recibió David de su mano lo que le había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y te he tenido respeto.
Y recibió David de su mano lo que le había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y te he tenido respeto.