Por lo tanto, el que rechaza esto no rechaza a hombre, sino a Dios quien os da su Espíritu Santo.
por tanto, el que rechaza estas instrucciones no rechaza a un hombre sino a Dios, quien les da a ustedes su Espíritu Santo.
Por eso, el que rechaza esta enseñanza no nos está rechazando a nosotros, sino a Dios mismo, que les ha dado a ustedes su Espíritu Santo.
Así pues, el que esto deprecia, no desprecia a un hombre, sino a Dios, = que os hace don de su Espíritu = Santo.
Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.
Así que, el que menosprecia, no menosprecia a hombre, sino a Dios, el cual también nos dio su Espíritu Santo.