Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos piadosas, sin ira ni discusión.
Quiero, pues, que en todas partes los hombres levanten las manos al cielo con pureza de corazón, sin enojos ni contiendas.
Deseo que en todas partes la gente deje de discutir y de enojarse, y que en vez de eso sean buenos cristianos y oren.
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar elevando hacia el cielo unas manos piadosas, sin ira ni discusiones.
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos limpias, sin ira ni contienda.