Los diáconos sean maridos de una sola mujer; que gobiernen bien a sus hijos y sus propias casas.
El diácono debe ser esposo de una sola mujer y gobernar bien a sus hijos y su propia casa.
Los diáconos sean casados una sola vez y gobiernen bien a sus hijos y su propia casa.
Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas.
Los diáconos sean maridos de una sola esposa, que gobiernen bien sus hijos y sus casas.