Asimismo, los diáconos deben ser dignos de respeto, sin doblez de lengua, no dados a mucho vino ni amantes de ganancias deshonestas;
Los diáconos, igualmente, deben ser honorables, sinceros, no amigos del mucho vino ni codiciosos de las ganancias mal habidas.
Los diáconos deben ser gente respetable; no deben mentir ni beber mucho vino, ni estar preocupados por ganar mucho dinero.
También los diáconos deben ser dignos, sin doblez, no dados a beber mucho vino ni a negocios sucios;
Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas;
Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no amadores de ganancias deshonestas;