Por eso nos gozamos en que nosotros seamos débiles y que vosotros seáis fuertes. Y esto pedimos: vuestra madurez.
De hecho, nos alegramos cuando nosotros somos débiles y ustedes fuertes; y oramos a Dios para que los restaure plenamente.
Por eso, si ustedes pueden ser fuertes, nos alegramos de ser débiles. Oramos para que sean cada vez mejores seguidores de Cristo.
Ciertamente, nos alegramos cuando somos nosotros débiles y vosotros fuertes. Lo que pedimos es vuestro perfeccionamiento.
Por lo cual nos gozamos de que seamos nosotros débiles, y que vosotros estéis fuertes; y aun oramos por vuestra perfección.
Por lo cual nos gozamos en que seamos débiles, y que vosotros seáis fuertes; y aun deseamos vuestra perfección.