Pues en esta tienda gemimos deseando ser sobrevestidos de nuestra habitación celestial;
Mientras tanto suspiramos, anhelando ser revestidos de nuestra morada celestial,
Mientras vivimos en este mundo, suspiramos por la casa donde viviremos para siempre. Sabemos que, cuando estemos allí, estaremos bien protegidos.
Y así gemimos en este estado, deseando ardientemente ser revestidos de nuestra habitación celeste,
Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;
Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;