No hablo como quien manda, sino para poner también a prueba, por la eficacia de otros, la sinceridad de vuestro amor.
No es que esté dándoles órdenes, sino que quiero probar la sinceridad de su amor en comparación con la dedicación de los demás.
No les estoy dando una orden. Sólo quiero que sepan cómo ofrendan los hermanos de otras iglesias, para que ustedes puedan demostrar que su amor es sincero.
No es una orden; sólo quiero, mediante el interés por los demás, probar la sinceridad de vuestra caridad.
No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro.
No hablo como quien manda, sino por causa de la diligencia de otros, y para probar la sinceridad de vuestro amor.