Los jefes israelitas y el rey confesaron con humildad: ¡El Señor es justo!
Entonces los jefes de Israel y el rey se humillaron y dijeron: «¡Justo es Yahveh!»
Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y dijeron: Justo es Jehová.
Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y dijeron: Justo es Jehová.