El mensajero que había ido a llamar a Micaías le habló diciendo: —He aquí, las palabras de los profetas unánimemente anuncian el bien al rey. Sea, pues, tu palabra como la de uno de ellos, y anuncia el bien.
Ahora bien, el mensajero que había ido a llamar a Micaías le advirtió: Mira, los demás profetas a una voz predicen el éxito del rey. Habla favorablemente, para que tu mensaje concuerde con el de ellos.
Mientras tanto, el oficial que había ido a buscar a Micaías, le dijo a este: —Todos los profetas han anunciado que el rey Ahab vencerá. Habla tú como ellos y anuncia al rey algo bueno.
El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le habló diciendo: «Mira que los profetas a una voz predicen el bien al rey, procura hablar como uno de ellos y anuncia el bien.»
Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías, le hablo, diciendo: He aquí las palabras de los profetas a una voz anuncian al rey cosas buenas; yo, pues, te ruego que tu palabra sea como la de uno de ellos, que hables bien.
Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías, le habló, diciendo: He aquí las palabras de los profetas a una voz anuncian al rey bienes; yo, pues, te ruego que tu palabra sea como la de uno de ellos, que hables bien.