También mandó al pueblo que habitaba en Jerusalén que diesen a los sacerdotes y a los levitas la porción que les correspondía, para que se mantuviesen dedicados a la ley de Jehovah.
También ordenó que los habitantes de Jerusalén entregaran a los sacerdotes y a los levitas la parte que les correspondía, para que pudieran dedicarse a la ley del Señor.
Luego el rey le pidió a la gente que vivía en Jerusalén, que también diera ofrendas para que los sacerdotes y sus ayudantes tuvieran todo lo necesario para vivir, y así ellos pudieran dedicarse por completo a servir a Dios como él lo ordena.
Mandó al pueblo que habitaba en Jerusalén que entregase la parte de los sacerdotes y levitas a fin de que pudiesen perseverar en la Ley de Yahveh.
Mandó también al pueblo que habitaba en Jerusalén, que diese la porción a los sacerdotes y levitas, para que ellos se dedicasen a la ley de Jehová.
Mandó también al pueblo que habitaba en Jerusalem, que diesen la porción a los sacerdotes y levitas, para que se esforzasen en la ley de Jehová.