pues quien le da la bienvenida se hace cómplice de sus malas obras.
porque saludarlo es lo mismo que hacer lo malo que él hace.
pues el que le saluda se hace solidario de sus malas obras.
Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras.
Porque el que le dice: Bienvenido, participa de sus malas obras.