Porque hablando arrogantes palabras de vanidad, seducen con las pasiones sensuales de la carne a los que a duras penas se habían escapado de los que viven en el error.
Pronunciando discursos arrogantes y sin sentido, seducen con los instintos naturales desenfrenados a quienes apenas comienzan a apartarse de los que viven en el error.
Porque ellos, para impresionar a la gente, dicen cosas bonitas que, en realidad, no sirven para nada. Obligan a otros a participar en sus mismos vicios y malos deseos, y engañan a los que con mucho esfuerzo apenas logran alejarse del pecado.
Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error.
Porque hablando palabras arrogantes de vanidad, atrapan con los deseos de la carne mediante lascivias a los que verdaderamente habían escapado de los que viven en error;