Y sucedía que cuando veían que había mucho dinero en el cofre, el escriba del rey y el sumo sacerdote iban y contaban el dinero que se hallaba en la casa de Jehovah, y lo guardaban en bolsas.
Cuando veían que el cofre ya estaba lleno, subía el secretario real con el sumo sacerdote para vaciarlo[3] y contar el dinero que había en el templo del Señor.
Cuando el cofre se llenaba, venían el secretario del rey y el jefe de los sacerdotes a contar todo el dinero y a ponerlo en bolsas.
El sacerdote Yehoyadá tomó un cofre, hizo un agujero en la tapa y lo puso junto a la estela, a la derecha según se entra en la Casa de Yahveh, y los sacerdotes que custodiaban el umbral depositaban en él todo el dinero ofrecido a la Casa de Yahveh.
Y cuando veían que había mucho dinero en el arca, venía el secretario del rey y el sumo sacerdote, y contaban el dinero que hallaban en el templo de Jehová, y lo guardaban.
Y cuando veían que había mucho dinero en el arca, venía el notario del rey y el sumo sacerdote, y contaban el dinero que hallaban en el templo de Jehová, y lo guardaban.