Entonces Acaz envió mensajeros a Tiglat-pileser, rey de Asiria, para decirle: 'Yo soy tu siervo y tu hijo. Sube y defiéndeme de mano del rey de Siria y de mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí.'
Acaz envió entonces mensajeros a Tiglat Piléser, rey de Asiria, con este mensaje: 'Ya que soy tu servidor y vasallo,[1] ven y líbrame del poder del rey de Siria y del rey de Israel, que se han puesto en mi contra.'
Entonces Ahaz tomó oro y plata del templo de Dios y del tesoro del palacio, y se lo envió de regalo a Tiglat-piléser, rey de Asiria, junto con este mensaje: «Yo soy tu humilde servidor y sólo en ti encuentro protección. Ven y líbrame de los reyes de Siria y de Israel, pues me están atacando».
Ajaz envió mensajeros a Teglatfalasar, rey de Asiria, diciendo: «Soy tu siervo y tu hijo. Sube, pues y sálvame de manos del rey de Israel que se han levantado contra mí.»
Entonces Acaz envió embajadores a Tiglat-pileser rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu siervo y tu hijo; sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí.
Entonces Acaz envió embajadores a Tiglat-pileser rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu siervo y tu hijo: sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí.