Temían a Jehovah, pero servían a sus dioses, según las prácticas de los pueblos de donde habían sido trasladados.
Aunque adoraban al Señor, servían también a sus propios dioses, según las costumbres de las naciones de donde habían sido deportados.
Así que adoraban al Dios verdadero, pero también a sus propios dioses, como hacían en los países de los que venían.
Reverenciaban a Yahveh y servían a sus dioses según el rito de las naciones de donde habían sido deportados.
Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados.
Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las gentes de donde habían sido trasladados.