Entonces Ezequías, rey de Judá, envió a decir al rey de Asiria, en Laquis: 'Yo he fallado. Apártate de mí, y pagaré lo que me impongas.' El rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, 300 talentos de plata y 30 talentos de oro.
Entonces Ezequías le envió este mensaje al rey de Asiria, que se encontraba en Laquis: 'He actuado mal. Si te retiras, te pagaré cualquier tributo que me impongas.' El rey de Asiria le impuso a Ezequías, rey de Judá, un tributo de nueve mil novecientos kilos de plata y novecientos noventa kilos[2] de oro.
Ezequías mandó entonces un hombre a Laquis, donde estaba el rey de Asiria, con el siguiente mensaje: «Hice mal en negarme a pagar los impuestos. Retírate de mi país, y te pagaré lo que me pidas». Entonces Senaquerib le pidió a Ezequías un impuesto de nueve mil novecientos kilos de plata y novecientos noventa kilos de oro.
Ezequías, rey de Judá, envió a decir a Senaquerib a Lakís: «He pecado; deja de atacarme, y haré cuanto me digas.» El rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro.
Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria que estaba en Laquis: Yo he pecado; apártate de mí, y haré todo lo que me impongas. Y el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro.
Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria en Laquis: Yo he pecado: apártate de mí, y llevaré todo lo que me impusieres. Y el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro.