Extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria y la plomada de la casa de Acab, y limpiaré a Jerusalén como cuando se limpia un plato; se limpia y luego se lo pone boca abajo.
Extenderé sobre Jerusalén el mismo cordel con que medí a Samaria, y la misma plomada con que señalé a la familia de Acab. Voy a tratar a Jerusalén como se hace con un plato que se restriega y se pone boca abajo.
»De Jerusalén no va a quedar nada. La voy a castigar como castigué a Samaria y a la familia de Ahab. Quedará vacía, como un plato que se limpia y se vuelca para dejarlo secar.
Extenderé sobre Jerusalén la cuerda de Samaría y el nivel de la casa de Ajab, y fregaré a Jerusalén como se friega un plato, que se le vuelve del revés después de fregado.
Y extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria y la plomada de la casa de Acab; y limpiaré a Jerusalén como se limpia un plato, que se friega y se vuelve boca abajo.
Y extenderé sobre Jerusalem el cordel de Samaria, y la plomada de la casa de Acab; y yo limpiaré a Jerusalem como se limpia un plato, que se refriega y se pone boca abajo.