Luego ella fue y se lo contó al hombre de Dios, quien dijo: —Anda, vende el aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
La mujer fue y se lo contó al hombre de Dios, quien le mandó: 'Ahora ve a vender el aceite, y paga tus deudas. Con el dinero que te sobre, podrán vivir tú y tus hijos.'
La mujer fue a ver al profeta y le contó lo que había pasado. Él le dijo: —Ve, vende el aceite, y págale a ese hombre lo que le debes. Con lo que te quede podrán vivir tú y tus hijos.
Fue ella a decírselo al hombre de Dios, que dijo: «Anda y vende el aceite y paga a tu acreedor, y tú y tus hijos viviréis de lo restante.»
Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve, y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quedare.