Pero sucedió que cuando uno de ellos estaba derribando un tronco, se le cayó el hierro del hacha al agua, y dio voces diciendo: —¡Ay, señor mío! ¡Era prestada!
De pronto, al cortar un tronco, a uno de los profetas se le zafó el hacha y se le cayó al río. ¡Ay, maestro! gritó. ¡Esa hacha no era mía!
Mientras uno de los profetas estaba cortando un tronco, se le cayó el hacha al río. Entonces le gritó a Eliseo: —¡Maestro! ¡Esa hacha no es mía, me la prestaron!
Estaba uno derribando una viga cuando el hierro se cayó al agua y gritó diciendo: «¡Ay, mi señor, que era prestado!»
Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada!
Y aconteció que derribando uno un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y dio voces, diciendo: ¡Ah, señor mío, que era emprestada!