Entonces el hombre de Dios se puso de pie y miró fijamente a Hazael, hasta avergonzarlo. Y el hombre de Dios lloró.
Luego Eliseo se quedó mirándolo fijamente, hasta que Jazael se sintió incómodo.[4] Entonces el hombre de Dios se echó a llorar.
Después Eliseo miró fijamente a Hazael hasta que éste se sintió incómodo. El profeta se puso a llorar
Y se inmovilizaron sus facciones quedándose rígido en extremo, y rompió a llorar el varón de Dios.
Y el varón de Dios le miró fijamente, y estuvo así hasta hacerlo ruborizarse; luego lloró el varón de Dios.
Y el varón de Dios le miro fijamente, hasta avergonzarlo; y lloró el varón de Dios.