El arco de Jonatán jamás volvía sin la sangre de los muertos y sin la gordura de los valientes; tampoco volvía vacía la espada de Saúl.
¡Jamás volvía el arco de Jonatán sin haberse saciado con la sangre de los heridos, ni regresaba la espada de Saúl sin haberse hartado con la grasa de sus oponentes!
¡Tanto las flechas de Jonatán como la espada de Saúl siempre estaban empapadas de sangre! ¡Siempre se clavaban en la grasa de sus enemigos más valientes!
El escudo de Saúl ungido no de aceite ¡mas de sangre de muertos, de grasa de héroes! El arco de Jonatán jamás retrocedía, nunca fracasaba la espada de Saúl.
Sin sangre de los muertos, sin grosura de los valientes, El arco de Jonatán no volvía atrás, Ni la espada de Saúl volvió vacía.
Sin la sangre de los muertos, sin la grosura de valientes, El arco de Jonatán nunca volvió atrás, Ni la espada de Saúl volvió vacía.