Más bien, llamó a su criado que le servía y le dijo: —¡Echa a ésta fuera de aquí, y pon el cerrojo a la puerta tras ella!
sino que llamó a su criado y le ordenó: ¡Echa de aquí a esta mujer! Y luego que la hayas echado, cierra bien la puerta.
Al contrario, llamó a uno de sus sirvientes y le ordenó: «Saca de aquí a esta mujer, y luego cierra bien la puerta».
Llamó al criado que le servía y le dijo: «Échame a ésta fuera y cierra la puerta tras ella.»
sino que llamando a su criado que le servía, le dijo: Echame a ésta fuera de aquí, y cierra tras ella la puerta.
Entonces llamando a su criado que le servía, le dijo: Échame a ésta fuera de aquí, y cierra la puerta tras ella.