Ella estaba vestida con una túnica de diversos colores, porque así solían vestir las hijas vírgenes del rey. Y su criado la echó fuera y puso el cerrojo a la puerta tras ella.
Así que el criado la echó de la casa, y luego cerró bien la puerta. Tamar llevaba puesta una túnica especial de mangas largas,[1] pues así se vestían las princesas solteras.
El sirviente echó de la casa a Tamar, y luego cerró la puerta. Tamar llevaba puesto un vestido largo y de colores, pues así se vestían las hijas de los reyes de Israel que todavía eran solteras.
(Vestía ella una túnica con mangas, porque así vestían antes las hijas del rey que eran vírgenes). Su criado la hizo salir fuera y cerró la puerta tras ella.
Y llevaba ella un vestido de diversos colores, traje que vestían las hijas vírgenes de los reyes. Su criado, pues, la echó fuera, y cerró la puerta tras ella.
Y llevaba ella sobre sí una túnica de diversos colores, traje que vestían las hijas vírgenes de los reyes. La echó, pues, fuera su criado, y puso el cerrojo a la puerta tras ella.