El rey David, al enterarse de todo lo que había pasado, se enfureció.
Cuando David se enteró de lo que había pasado, se puso muy enojado. Sin embargo, no castigó a Amnón, pues era su hijo mayor y lo quería mucho.
Cuando el rey David supo todas estas cosas se irritó en extremo, pero no quiso castigar a su hijo Amnón, al que amaba porque era su primogénito.
Y luego que el rey David oyó todo esto, se enojó mucho.
Y luego que el rey David oyó todo esto, se enojó mucho.