Entonces ella dijo: —Acuérdate, por favor, oh rey, de Jehovah tu Dios, para que el vengador de la sangre no siga destruyendo, no sea que destruya a mi hijo. El respondió: —¡Vive Jehovah, que no caerá en tierra ni un cabello de la cabeza de tu hijo!
Entonces ella le suplicó: ¡Ruego a Su Majestad invocar al Señor su Dios, para que quien deba vengar la muerte de mi hijo no aumente mi desgracia matando a mi otro hijo! ¡Tan cierto como que el Señor vive respondió el rey, juro que tu hijo no perderá ni un solo cabello!
Ella dijo entonces: —Pídale usted a Dios que nadie mate a mi hijo. El rey contestó: —Te juro por Dios que nada le pasará a tu hijo.
Replicó ella: «Que el rey mencione, por favor, a Yahveh, tu Dios, para que el vengador de sangre no aumente la ruina y no extermine a mi hijo.» El dijo: «Vive Yahveh, que no caerá en tierra ni un cabello de tu hijo.»
Dijo ella entonces: Te ruego, oh rey, que te acuerdes de Jehová tu Dios, para que el vengador de la sangre no aumente el daño, y no destruya a mi hijo. Y el respondió: Vive Jehová, que no caerá ni un cabello de la cabeza de tu hijo en tierra.
Dijo ella entonces: Te ruego, oh rey, que te acuerdes de Jehová tu Dios, que no dejes a los cercanos de la sangre aumentar el daño con destruir a mi hijo. Y él respondió: Vive Jehová, que no caerá ni un cabello de la cabeza de tu hijo en tierra.