El rey le dijo: Acompáñame. Quédate conmigo en Jerusalén, y yo me encargaré de todo lo que necesites.
El rey le dijo a Barzilai: —Ven conmigo a Jerusalén. Yo me encargaré de que no te falte nada.
Barzillay era muy anciano; tenía ochenta años. Había proporcionado alimentos al rey durante su estancia en Majanáyim, porque era un hombre muy rico.
Y el rey dijo a Barzilai: Pasa conmigo, y yo te sustentaré conmigo en Jerusalén.
Y el rey dijo a Barzilai: Pasa conmigo, y yo te sustentaré conmigo en Jerusalem.