Entonces una mujer sabia dio voces desde la ciudad: —¡Escuchad! ¡Escuchad! Por favor, decid a Joab: 'Acércate acá para que yo hable contigo.'
una astuta mujer de la ciudad les gritó: ¡Escúchenme! ¡Escúchenme! Díganle a Joab que venga acá para que yo pueda hablar con él.
Desde adentro de la ciudad una mujer muy astuta empezó a gritar: —¡Escúchenme, escúchenme! ¡Díganle a Joab que quiero hablar con él!
Entonces una mujer sagaz gritó desde la ciudad: «¡Escuchad, escuchad! Decid a Joab que se acerque aquí que quiero hablarle.»
Entonces una mujer sabia dio voces en la ciudad, diciendo: Oíd, oíd; os ruego que digáis a Joab que venga acá, para que yo hable con él.
Entonces una mujer sabia dio voces en la ciudad, diciendo: Oíd, oíd; os ruego que digáis a Joab que venga acá, para que yo hable con él.