Si alguno no obedece nuestra palabra por carta, a ése señaladlo y no tengáis trato con él, para que le dé vergüenza.
Si alguno no obedece las instrucciones que les damos en esta carta, denúncienlo públicamente y no se relacionen con él, para que se avergüence.
Aléjense de cualquier miembro de la iglesia que no obedezca lo que ordenamos en esta carta, para que le dé vergüenza.
Si alguno no obedece a lo que os decimos en esta carta, a ése señaladle y no tratéis con él, para que se avergüence.
Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence.
Y si alguno no obedeciere a nuestra palabra por esta epístola, señalad al tal, y no os juntéis con él, para que se avergüence.