Apocalipsis 6:5

Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: '¡Ven!' Y miré y he aquí un caballo negro, y el que estaba montado sobre él tenía una balanza en su mano.

Otras versiones de la Biblia

Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí al tercero de los seres vivientes, que gritaba: '¡Ven!' Miré, ¡y apareció un caballo negro! El jinete tenía una balanza en la mano.

- Versão NVI-ES (Nueva Version Internacional)

Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí que decía el tercero de los seres vivientes: «¡Acércate!» Luego vi un caballo negro. El que lo montaba llevaba una balanza en la mano.

- Versão TLA (Traducción en Lenguaje Actual)

Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer Viviente que decía: «Ven». Miré entonces y había un caballo negro; el que lo montaba tenía en la mano una balanza,

- Versão BJ-ES (Biblia de Jerusalen)

Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano.

- Versão RVR60 (Reina Valera 1960)

Y cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que estaba sentado sobre él, tenía una balanza en su mano.

- Versão RVR04 (Reina Valera 2004)

Contexto del verso

  • 4
    Y salió otro caballo, rojo. Al que estaba montado sobre él, le fue dado poder para quitar la paz de la tierra y para que se matasen unos a otros. Y le fue dada una gran espada.
  • 5
    Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: '¡Ven!' Y miré y he aquí un caballo negro, y el que estaba montado sobre él tenía una balanza en su mano.
  • 6
    Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: '¡Una medida de trigo por un denario, y tres medidas de cebada por un denario! Y no hagas ningún daño al vino ni al aceite.'

Imagen del verso

Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: '¡Ven!' Y miré y he aquí un caballo negro, y el que estaba montado sobre él tenía una balanza en su mano. - Apocalipsis 6:5