Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: '¡Ven!' Y miré y he aquí un caballo negro, y el que estaba montado sobre él tenía una balanza en su mano.
Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí al tercero de los seres vivientes, que gritaba: '¡Ven!' Miré, ¡y apareció un caballo negro! El jinete tenía una balanza en la mano.
Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí que decía el tercero de los seres vivientes: «¡Acércate!» Luego vi un caballo negro. El que lo montaba llevaba una balanza en la mano.
Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer Viviente que decía: «Ven». Miré entonces y había un caballo negro; el que lo montaba tenía en la mano una balanza,
Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano.
Y cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que estaba sentado sobre él, tenía una balanza en su mano.